domingo, 28 de septiembre de 2008

DESDE TU BALCÓN

En esta noche,
de azabaches ojos,
me incorporo
con el antojo
de imaginarte en tu balcón.

A tu paisaje
le falta la amarilla grúa
(recuerdo
tu pregunta
del último viernes);
pero sigues teniendo
la ciudad tiritando
ante tu mirada,
con tus pensamientos:
- ¿ acaso estoy yo en ellos ? -.

Yo tengo un poema que habla de ti.

Desde tu silla,
a medio vestir,
con un vaso
de tinto con limonada
y otro de agua,
y un cenicero
lleno de rubias colillas,
y una vela encendida
en un recipiente de flan,
divisas desde tu palco
el teatro del mundo crepuscular.

Quizás,
también esté encendida la televisión
que emite guiños
desde la ventana vecina.

Tal vez,
tus vecinos de enfrente,
entre luces de penumbras,
dejan ver sus siluetas
serpenteando,
cansados de no dormir
por el sofocante calor.

Es un regalo,
carnal o espiritual,
que te haces
cada noche,
como ritual,
antes de dormir.

Empiezo a entender
tus deseos,
con celosía,
de soledad.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

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