martes, 28 de julio de 2009

EL PORTUARIO

Verte subir los últimos peldaños,
hasta la puerta de mi piso,
fue suficiente para saber que
traías buen sexo.

Te recordaba más voluminoso,
menos atlético.

¡ Ese sí que es el portuario que yo deseé !

¡ Tío !
¡ Dónde te metes ?
Nada de nada desde hace un año.

¡ Joder ! ¡ Cómo me pone !

¿ Sabes ?
Te tuve en el olvido deseado.
Ya no me atraías (ni tu cuerpo ni tu conversación).

Estuve enamorado de un muchacho imaginario.
Estuve perdido en un bosque de asfalto.
Estuve rondando sin querer encontrar.
Estuve en los ojos de todos los hombres que me desearon.

Verte quitar la poca ropa que llevas
- como otras veces, no lo has hecho -
hace que la temperatura me ciegue.

Me dices... tranquilo, tengo tiempo,
mi mujer me espera más tarde.

Entonces, quédate estirado en mi lecho,
hablemos, no gocemos todavía,
deja que me acurruque en ti y te abrace
y te sienta
y, si quieres, duerme.

Vengo muerto de cansancio,
pero gózame y disfrútame,
porque me tienes en el olvido.
Nada de nada desde hace un año.

¡ Tízname y socórreme !

No te olvides de mi pechos,
de mi pene,
de mi culo.

Yo vendré después,
ahora hazlo tú, sin prisas, sosegado.

Barcelona, 24 de julio de 2009