miércoles, 10 de septiembre de 2008

DESCANSO DE AGOSTO

Ahora en la soledad
del primer día,
junto al canto
de la sal que salpica las olas,
no puedo abandonar
la idea de perder
"la maravilla de tus ojos"
aguamarina mirada.

No puedo soportar
mi piel desnuda
sin el acento
que le daba
"la solitaria rosa de tu aliento".

El sol que me acaricia
en esta mañana,
de sentimientos acosados,
adivina la rabia
de las penumbras de anoche.

Siento la inquietud
de tu abrazo
rápido, mordaz, intempestivo,
que absorbe
el cuerpo y el alma
de mi paraíso,
ahora fofo y agrio,
ahora enemigo del mundo,
ahora eterno irracional.

Vuelvo,
en un retorno
de supersticiones
e
incertidumbres,
al espacio social
del que vine hacia ti;
eso sí,
sin rencor,
aunque sacrificado
en el dolor y el deterioro,
en el fuego y en el deseo.

He sobrevivido para ti,
en estos últimos tiempos,
paralizado en un naufragio
donde la mezcla de terror
y placer
eran una fascinación mundana.

La culpa,
la trampa,
débiles sin redención,
las he sentido salir
con el alivio de la liberación
en esa tarde
de presionada decisión.

Quiero aprender
en el descanso de agosto
a amarte,
no por ser tu amante
desesperado.

(Sant Pol de Mar, mucho tiempo ya)

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