domingo, 28 de septiembre de 2008

DESDE TU BALCÓN

En esta noche,
de azabaches ojos,
me incorporo
con el antojo
de imaginarte en tu balcón.

A tu paisaje
le falta la amarilla grúa
(recuerdo
tu pregunta
del último viernes);
pero sigues teniendo
la ciudad tiritando
ante tu mirada,
con tus pensamientos:
- ¿ acaso estoy yo en ellos ? -.

Yo tengo un poema que habla de ti.

Desde tu silla,
a medio vestir,
con un vaso
de tinto con limonada
y otro de agua,
y un cenicero
lleno de rubias colillas,
y una vela encendida
en un recipiente de flan,
divisas desde tu palco
el teatro del mundo crepuscular.

Quizás,
también esté encendida la televisión
que emite guiños
desde la ventana vecina.

Tal vez,
tus vecinos de enfrente,
entre luces de penumbras,
dejan ver sus siluetas
serpenteando,
cansados de no dormir
por el sofocante calor.

Es un regalo,
carnal o espiritual,
que te haces
cada noche,
como ritual,
antes de dormir.

Empiezo a entender
tus deseos,
con celosía,
de soledad.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

martes, 23 de septiembre de 2008

PERROS DE NUESTRO ANTOJO

Sobre la arena, como sierpe,
justo a la hora del crepúsculo,
dormita tu acento
invadido y destruido.

Tu cuerpo de estatua,
bajo mi cabeza desnuda al deseo,
desgarra caricias
sobre mi pecho hechizado.

Solitarios, junto al mar,
hemos ganado
lo que tiene secreto
y se somete a nuestras influencias.

Más perdidos en los sentimientos
somos guardianes,
cuando no,
perros de nuestro antojo.

Nos acuna el canto del mar:
dulces olas,
sábana plateada,
regazo de antojos y suspiros.

Nos envuelve el canto del viento:
cálida brisa,
céfiro celoso,
voz clandestina de arrullo.

(Sant Pol de Mar, mucho tiempo ya)

domingo, 21 de septiembre de 2008

TU BOCA, TODAVÍA, DE PALABRAS INCOMPLETA

Sobre la caliente roca
susurra tu alma,
regocijada,
palabras
que alcanzan
emociones.

Tu libro en las manos
y los versos de Neruda,
en tu boca, todavía, de
palabras incompleta,
se suceden mientras
el agua,
juvenil de estío,
corretea
lejos,
cosquilleada
por los toques ligeros
de los labios
de la tramontana.

Ligeros de ataduras,
sobre el mar,
en el plomo caliente,
tus pies,
regados
por los siglos,
juegan a salpicar
agua,
espuma,
sal.

Supe que
el amor
también
es onomatopeya
y
silencio.

En tu mirada
está
toda
la
fuerza;
toda
la
pasión;
todo
el
fuego.
Porque cuando miras
te entregas
en un antojo
de embiste
que embebe
toda la fuerza,
toda la pasión,
todo el amor,
todo el fuego.

(Calella de Palafrugell, mucho tiempo ya)

jueves, 18 de septiembre de 2008

REGRESO

Regreso
con
la
lluvia
a mis antojos livianos.

Ojos de agua,
que
me
aplastan o reducen.

Cuerpo de estatua,
que
me
da la sombra o sosiego.

"No me dejes perder
lo que he ganado",
fuego y deseo
de noches
revestidas de ciudad
y luna llena.

Boca de lluvia,
que
me
da el placer.

Manos de acento,
que
me
recorren y exploran.

"Que no se acabe nunca
la madeja del",
fuego y deseo
de días
aventureros
y eternos de sol.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

POEMA EN "F"

Casi en tu frontera
ahora pierdo la embriaguez
fructuosa,
frondosa,
fulgente,
que me daba tu boca,
fuente de fucilazo fugitiva.

Abandonado
en la noche
de conciencia frugal.

¿ Juegas a ser ful ?

Tu frontis frívola,
fría,
fuete de fuego,
frustración que se me fuga
frisando incrédulo tu fuerza.

En el genio impaciente
vivo
sin
fulminar, frondio,
los fueros con vehemencia
y soy fusión
de fúnebre y funesto.

Con la furia fulmínea
arranco de mis entrañas,
en un acto fugaz,
todo el fulgor
y casi en tu frontera,
donde pierdo la embriaguez,
me vuelvo
fusco,
fungible,
friable.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

martes, 16 de septiembre de 2008

POEMA EN "D"

No me des la daga,
descalza,
desbocada,
disfrazada,
porque podría dormir
en el desconsuelo y en la decadencia.

Regálame la dalia,
deleite,
decoro,
dádiva,
de tus dedos delirantes.

Aparta la dosis,
demolición,
dardo,
demora,
porque no deseo desaprisionar
este dicotómico decomiso.

Ven, deprisa, a mi deriva,
con desaliño,
con desaforo,
con desarme,
derramándote en todas las direcciones.

No me desafíes en tu dominio,
con desarreglo,
con desatención,
con desapoyo,
porque mi decisión, ya difusa,
se dibujaría desapasionada.

Deambula, junto a mi, duradero,
digiriendo,
defendiendo,
debatiendo,
el decurso, todavía aquí, de tu tiempo.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

POEMA EN "C"

Cauteloso,
clandestino,
cínico,
quebranto la cárcel
de tu timidez,
con reserva de confidente
y coexisto
coloso
y
ciclón
en el cobijo
de tu pudor.

Cauteloso,
clandestino,
cínico,
con un cigarrillo
cimarrón entre mis dedos
y una cerveza amarga,
caudal de mi sed,
comparto secretamente
esta cita
de compinches.

Cauteloso,
clandestino,
cínico,
pongo el céfiro celoso
sobre las caracolas de tu cara,
sobre el tronco de tu cuello,
sobre tus montículos sonrosados,
sobre tu caliente cólera.

Es deseo,
cómplice que culmina
en luz de ceras,
cauteloso,
clandestino,
cínico.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

8 DE JUNIO

Zona sombría,
envoltura de
arena,
horizonte,
agua,
brisa,
cielo:
noche diligente.

A lo lejos,
sobre el mar,
el
alma
penitente,
espiritual,
inmortal,
parpadea
entre
voluptuosas
formas vagabundas,
guiándonos en otras concepciones:
meditando,
absortos,
embelesados.

Un pellizco de ti
se fue
allá,
más allá;
con sumo cuidado
se arrastra
entre
los
cantos
de
mil
voces
del
mar.

Bebo tu vino.
Fumo tu tabaco.
Llego a tu infierno
y
subo
peldaños
de
fuego
y
de
hielo
hasta encontrar otro cielo.

Nos atrapa la división
de la lejana quilla:
grises,
azules,
negros,
blancos.

Es grande el soborno:
Quema!
Abrasa!
Dejadnos quedar,
ahora,
abrazados,
vigilantes,
lujuriosos.

Vamos a derramar una última gota más:
antes,
ternura,
besos,
caricias.

Tu boca, sabia mujer:
todo
el
amor
en
tu
boca
ebria.

Tus ojos, brasas en mis ojos:
toda
la
fantasía
en
tus
ojos
delirantes.

Tu pecho, piel desnuda en mis manos:
toda
la
pasión
en
tu
pecho
virgen.

Atrapados en la única salida:
En tu pecho,
en mi pecho,
en tus brazos,
en mis brazos,
no hemos fusionado dos hombres,
sino
todos
los
hombres.

(Calella de Palafrugell, 8 de junio, mucho tiempo ya)

CARGA PESADA, PRISIÓN, ATADURA

Ahora que aun puedo sobornar
el pecado y la lujuria
regálame,
despacio,
la voluptuosidad.

Déjame arrojar
violentamente,
por la boca,
injurias,
maldiciones,
desmembrado o descolorido;
cuando no,
revelar
lo que tiene secreto
y se resiste al descubrimiento:
carga pesada,
prisión,
atadura.

Ahora que aun puedo aprovechar
la víspera,
el crepúsculo,
créame
nuevas esperanzas,
aflora
la pasión violenta,
el deseo
desordenado,
la extravagancia,
el capricho,
la locura de la idea;
cuando no,
escamotear
lo que tiene secreto
y se resiste al descubrimiento:
carga pesada,
prisión,
atadura.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

DESCANSO DE AGOSTO

Ahora en la soledad
del primer día,
junto al canto
de la sal que salpica las olas,
no puedo abandonar
la idea de perder
"la maravilla de tus ojos"
aguamarina mirada.

No puedo soportar
mi piel desnuda
sin el acento
que le daba
"la solitaria rosa de tu aliento".

El sol que me acaricia
en esta mañana,
de sentimientos acosados,
adivina la rabia
de las penumbras de anoche.

Siento la inquietud
de tu abrazo
rápido, mordaz, intempestivo,
que absorbe
el cuerpo y el alma
de mi paraíso,
ahora fofo y agrio,
ahora enemigo del mundo,
ahora eterno irracional.

Vuelvo,
en un retorno
de supersticiones
e
incertidumbres,
al espacio social
del que vine hacia ti;
eso sí,
sin rencor,
aunque sacrificado
en el dolor y el deterioro,
en el fuego y en el deseo.

He sobrevivido para ti,
en estos últimos tiempos,
paralizado en un naufragio
donde la mezcla de terror
y placer
eran una fascinación mundana.

La culpa,
la trampa,
débiles sin redención,
las he sentido salir
con el alivio de la liberación
en esa tarde
de presionada decisión.

Quiero aprender
en el descanso de agosto
a amarte,
no por ser tu amante
desesperado.

(Sant Pol de Mar, mucho tiempo ya)

sábado, 6 de septiembre de 2008

ME LLEVARÉ LOS SUEÑOS

¡Te encantaría el mar esta noche!
Todo el paisaje es mío.
También mis recuerdos.

¡Blanca cresta,
blanca cola!
¡Y el olor
más casto!

¡Oh amor!,
te encantaría el mar esta noche.

He sentido tantas veces
el gemir,
el cantar,
el morir,
el vivir
del mar en mi pecho...;
pero esta noche
todo el paisaje es mío:
egoísta,
intransigente.

Y tu estás en mi,
dormido en mi,
en mis ojos.
Dormido ocultamente
entre mis piernas.
Dormido entre mis brazos,
que todo lo abraza.

Tengo ansia infinita
de besar tu boca
y colocar caracolas
de placer y dolor.

Te encantaría el mar esta noche.
La trementina crece en el cielo.
Acompañan mis recuerdos.

Me llevaré los sueños,
amor, amor, niñez del mar.
Ni tu,
ni yo,
ni el aire,
ni las olas.

(Barcelona, mucho tiempo ya)