viernes, 19 de junio de 2009

EL INFORMÁTICO

Me manoseaba las tetas
con el descuido
de un amante despiadado.
Las escupía
y
luego
se amamantaba.

De cintura para abajo
nada existía.

Besos de cerveza y saliva,
componían la sinfonía
que se descontrolaba
con tocamientos
de penes erectos,
casi escupientes.

Después,
de la boca,
bajando al confín
de la baja cintura,
brotó esa hegemonía
que descompone
y oprime
y sublima.

No todo aquí era canción.
Su culo no era tocable.
El mío, si me conocéis, tampoco.
La insistencia de algunos de mis dedos,
era de rechazo continuo.

Su boca escupía, ahora,
cerveza entre su pene y mi mano,
entre mi pene y su mano.

Las distancias no lo eran.
Esas inquietudes, molestas,
no dispersaban el entendimiento.

Llegó.
Para mí primero.

Lo abandoné en los besos de otro,
en la mamada de otro.

Más tarde,
después de algunas palabras,
oía:

-Tres cosas me gustan de ti:
Eres calvo, grandote y tus tetas.

Barcelona, 18 de junio de 2009

miércoles, 10 de junio de 2009

EL JARDINERO

En la barra del BBB,
Pietro me comenta su necesidad
de compañía.
No sabe estar solo.

Suena mi móvil.
Piedad no quiere quedar hoy.
Sus ovarios le están jugando
una mala pasada.
No pasa nada, le digo:
tengo a mi lado a un hombre,
(justo en el lado contrario a Pietro),
que quita el hipo.

- Com et dius?
- Marçal.
- Manuel.
- ...

Como dice Sabina,
"...cómo van a caber tantos besos en una canción...".

Prefiero recordar aquí
sus tímidos ojos
y sus sigilosos movimientos.

Prefiero explicarte
que después de unas cuantas cervezas
me proponía que nos fuéramos.

- Un poco más. Date tiempo.
- Acaba la cerveza.

Quiero decirte
que me gustaba observarlo
en ese coqueteo conmigo
que me acercaba más
al deseo,
al fuego,
a la sinrazón.

No voy a comentarte
cómo fue después.

No cabe aquí.

Pero créeme que repetiremos.

(Barcelona, jueves 4 de junio de 2009)