jueves, 2 de agosto de 2012

QUE DORMIRÍA CONTIGO

Pensé cuando me dijiste
que me quedara,
a pasar la noche,
que dormiría contigo
y no con un pedazo de tu cama.

Como dos grandes edificios,
uno insomne,
separados por una gran avenida
transitada por transeúntes
y todo tipo de vehículos.

Si el azar nos encuentra,
la próxima vez quiero ser gacela
entre las garras de un gran felino.
Si acaso,
también el felino.

No sólo las ganas saciadas de antes.
Sí el roce y el abrazo de después.
No el vacío
porque se consumó el sexo.
Sí el estremecimiento de nuevas búsquedas.

Barcelona, 2 de agosto de 2012