lunes, 18 de enero de 2010

SE FUE ESTE AMOR

Se fue este amor.
No esperó otro dolor.
Se escapó por la ventana.

Se fue porque se fue.
Desordenado.
Muerto de esperar el cambio.

Se fue este amor sin espera.
Se fue mi amor
cuando estaba de fiesta.

Se fue porque tenía que marchar.

Se fue por la vida no esperada
y no esperaba esta vida.

Se fue porque no había forma de quedarse.
Se fue porque tardó.
Se fue porque no tenía que ser mío.

Se fue y no volverá,
porque tardó.

Se fue cuando no era lo que esperaba,
porque reconocí su marcha.

Se fue después de tantos avisos.
Cuando estaba de fiesta.

Se fue porque la duda
ya no era la duda,
porque la ventana se quebró.

Se fue este amor
porque reconocí su marcha.

Se fue este amor.
La desconfianza lo inundó.
No esperó otro dolor.

La ventana se enmudeció.
Se escapó desordenado.
Se fue este amor.

Barcelona, 18 de enero de 2010

lunes, 11 de enero de 2010

NO QUIERO

El rechazo de mi mano
queriendo coger la tuya en el cine.

Que en el sofá no haya
un hueco para acurrucarme a ti.

El reproche de un regalo que no te hago
ni que utilices los tuyos como soborno.

Que me dejes en la mesa comiendo solo
porque tu ya terminaste.

Que te burles de mis calcetines
gastados por el uso.

Promesas que después
no vayas a cumplir.

Tener que pensar
si puedo besarte en público.

Mi goce en la cama
si tu no gozas también.

Que tengas que llegar
a pedirme disculpas.

Barcelona, 11 de enero de 2010

Y DE TÍ, ¿QUÉ?

De Sócrates,
la ilustración de la impopularidad,
la defensa de la propia concepción del mundo,
la muerte digna.

De Epicuro,
la consolación por la falta de dinero,
el valor de la amistad,
la necesidad de libertad,
la capacidad de reflexión.

De Séneca,
el ejemplo ante la frustración,
la relación entre deseo y realidad.

De Montaigne,
el enfrentamiento ante la ineptitud
sexual, cultural, intelectual.

De Schopenhauer,
cómo enfrentarse al corazón partido.

De Nietzche,
qué hacer ante las dificultades.

Y de ti, ¿Qué?
Nunca te pedí nada.
Sí. Te pedí amor.

Barcelona, 4 de enero de 2010

sábado, 2 de enero de 2010

EL PISO DONDE VIVO

El piso donde vivo
es pequeño, justo para vivir.
No tiene ascensor.
Subes y subes peldaños,
hasta llegar a setenta y nueve,
y entonces te espera
un confortable asiento,
un caliente café
y un corazón ansioso.

Puedes llegar a cualquier sitio
dando un paseo.
Las distancias son relativas,
todo queda cerca: Montjuïc,
Plaça Universitat, el Gòtic, Passeig de Gràcia,
Plaça d’Espanya, Born, Barceloneta, Plaça de Catalunya, …
Sólo tienes que decidir dónde ir
que yo te acompaño
con gustoso paso.

El piso donde vivo
no tiene ascensor.
Es pequeño.
Si te cansas al subir, después del paseo,
yo te preparo un buen descanso.
Verás qué bien te sientes.
Es justo para vivir.
No tiene más.
No necesita más.

Barcelona, 2 de enero de 2010