lunes, 19 de octubre de 2009

DESESPERANDO

He pasado con la compañía del ordenador
casi cuatro horas.

Esperando.
Desesperando.

He sentido
el ir y venir del animal que albergo.

Los cuarenta y ocho metros cuadrados
se han convertido en mi jaula.

Voy a salir a tomar un poco de aire.
Me ahogo.

Pasearé por las solitarias calles de la ciudad.
Pararé allá donde me lleven los pies.

Descansaré frente al mar.
Pensaré en todas las maravillas.

Soñaré que caminas a mi lado.
Envidiaré a los enamorados que pasean de la mano.

Volveré tan cansado como mi cuerpo quiera.
Me acurrucaré en el sofá, en el regazo de la espera.

Barcelona, 19 de octubre de 2009

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