lunes, 19 de octubre de 2009

DÉJAME QUE SEA TU MORADA

Déjame ser tu morada,
el techo que te cobige,
el alimento en tu cocina,
el riego de tu jardín.

Déjame ser tu despertar,
la taza del desayuno,
el cepillo para acicalarte,
el nudo de la corbata.

Déjame ser tu día de trabajo,
el alumno en primera fila,
el enfermo paciente,
el papel de la prescripción.

Déjame ser tu alimento,
el sabor de la comida,
la saliva en tu boca,
los jugos de la digestión.

Déjame ser tu pintura,
el mango del pincel,
la textura en la tela,
la musa de tu inspiración.

Déjame ser tu anochecer,
la almohada bajo tu cabeza,
la voz del arrullo,
el cuidador de tus sueños.

Barcelona, 19 de octubre de 2009

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