jueves, 15 de octubre de 2009

METAMORFOSIS

Mi cuerpo me ha abandonado:
no razono,
no veo,
no oigo,
no huelo,
no como,
no duermo.

Quiero caminar, pero mi pies no responden.
Las calles son un puzzle de piezas amontonadas
que han perdido su organización.

Me siento desorientado.
Deseo ver, pero mis ojos se niegan.
No veo, sino con los sentimientos;
esos que me dirigen solo a ti.

Me embargan síntomas de mareo, de vómitos.
Me siento raro, no me parezco.

Me busco en los escaparates
y no encuentro más que maniquíes
que simulan mis posturas:
irracionales.

Rastreo huellas que me llevan
a lugares que niegan mi existencia:
enmarañan la razón.

No se del sabor del rancio, ni del dulce,
¡ah, el dulce!
¡Cómo añoro el néctar de tu saliva!:
la saliva de una sola noche.

No huelo amaneceres,
tampoco crepúsculos:
te persigo sin conocimiento de rutas.
El olor se me ha esfumado, quemado.

En mis noches hay sueños, pero no duermo:
vienes y me llevas,
paseo por las estrellas cogido de tu mano,
la lluvia moja mis pies descalzos sobre la arena del mar,
me incrusto en tus ojos como un molusco a su roca,
me ato a tus brazos tal que Hércules a las columnas.

Me ha abandonado, mi cuerpo,
porque no razono,
no veo,
no oigo,
no huelo,
no como,
no duermo.

Barcelona, 15 de octubre de 2009

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