miércoles, 5 de noviembre de 2008

FUE BUENO EL JUEVES. FUE UNA SORPRESA. FUE BUENA

Fue bueno el jueves.
Eras nostalgia,
óxido en la memoria.
Y, de repente,
te conviertes en rutina
- solo por un momento -
entre cervezas,
música
y penumbras.

Fue una sorpresa.
Apareces en, ésta, mi escena,
intemporal,
ahora que las cicatrices
son de otras guerras
y duelen en la razón,
sólo en la razón,
donde
las reconciliaciones residen.

Fue buena.
La conversación tatuó
crines al viento
en un galope amaestrado,
por el paseo del tiempo:
por el pasado,
por el futuro.

Fue bueno el jueves.
Fue una sorpresa.
Fue buena.

(Barcelona, 5 de noviembre de 2008)

1 comentario:

EL POETA YA LO SABÍA dijo...

Las reconciliaciones tienen que empezar por uno mismo. No son reconciliaciones entonces.
Dedicado a Ramón, posiblemente la persona que más me ha hecho pensar en el amor...de momento.