Ira, conmoción.
Aún conociendo el muro entre
mi deseo y la realidad.
No encuentro consolación
ante la frustración
de no poderte acariciar.
Animal debatido
ante el lazo que le aprieta;
más cuanto más sacudo para notarte.
Que venga el azote de la perturbación.
Que venga la burla de lo inanimado.
Que venga la cadena de este mi presidio.
La fortuna me ordena
dedicarme sin trabas a ti:
te he depositado sobre mí mismo.
Barcelona, 20 de diciembre de 2009
sábado, 19 de diciembre de 2009
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