El piso donde vivo
es pequeño, justo para vivir.
No tiene ascensor.
Subes y subes peldaños,
hasta llegar a setenta y nueve,
y entonces te espera
un confortable asiento,
un caliente café
y un corazón ansioso.
Puedes llegar a cualquier sitio
dando un paseo.
Las distancias son relativas,
todo queda cerca: Montjuïc,
Plaça Universitat, el Gòtic, Passeig de Gràcia,
Plaça d’Espanya, Born, Barceloneta, Plaça de Catalunya, …
Sólo tienes que decidir dónde ir
que yo te acompaño
con gustoso paso.
El piso donde vivo
no tiene ascensor.
Es pequeño.
Si te cansas al subir, después del paseo,
yo te preparo un buen descanso.
Verás qué bien te sientes.
Es justo para vivir.
No tiene más.
No necesita más.
Barcelona, 2 de enero de 2010
sábado, 2 de enero de 2010
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