Tu cuadrado cuenta los días
y las horas otra vez.
Estar en tus brazos
en un eterno acurruco.
Llevar tu perfume
por el mapa de su cuerpo.
Impregnar el cobijo
de tu aliento somnoliento.
Sonreír a la mañana
y agradecer al atardecer tu presencia.
Retenerte ensortijado
en la retina de sus ojos.
Tu cuadrado resta los días
y las horas otra vez.
Barcelona 13 de diciembre de 2009
domingo, 13 de diciembre de 2009
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