Tanto tiempo
entre tus sombras;
escogí el amor,
la seguridad,
la confianza.
También los ofrecí.
Fue una ofrenda
mundana,
real,
vital.
Su forma,
el fuego y el deseo.
Su tiempo,
el fin de semana.
Su capacidad,
la limitación.
Tanto tiempo
entre tus sombras;
hoy te llevo
en mis ojos
secuestrado,
y veo tu rostro
en todas
esas caras.
Hoy me elevo
por los pensamientos
para rozarte,
y dibujo
con mi barba
los colores de tu risa.
Tanto tiempo
entre tus sombras;
ahora no se dibujan
besos
en mi cara,
ni incurres
en esos detalles
que a mi siempre
se me olvidaban.
Ahora la más
ambiciosa estrella
se muestra monstruosa,
y los crepúsculos
son escenarios
efímeros.
(Barcelona, mucho tiempo ya)
lunes, 20 de octubre de 2008
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