De repente, mi oficio es amarte.
Apareciste justo cuando
estaba en la cuneta de una carretera
que llegaba a ningún sitio.
Eres el amable,
el gentil.
Eres el inteligente,
el romántico.
Eres quien me mima,
quien me cuida.
Eres mi lectura,
mi poema.
Pero hay cosas
que no te sabré decir
con palabras:
Te las diré con mi mirada,
con mi corazón,
con mis manos.
Ya tengo la certeza:
Eres el hombre que esperé
toda mi vida.
Yo estaba en la cuneta
de una carretera
que llegaba a ningún sitio.
Apareciste.
De repente, mi oficio es amarte.
Barcelona, 28 de noviembre de 2009
sábado, 28 de noviembre de 2009
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