sábado, 24 de enero de 2009

RELIGIOSO O GRIS DE HUMO

Te noto,
despacio,
con halo
y perfume de tierra roja.
Religioso o gris
de humo;
con esa calma
en las mañanas
de lluvia
y ese ajetreo
de descabellar árboles verdes.
Con esa gracia de fogón
recién encendido,
- café, libro -,
en la hora de la rememoria
cuando el hogar
es un cojín
respaldado por un rincón
y un vacío.
Transeúnte y hurtado
de hojas
de agua
y de sol;
despidiendo o despedido
hacia aquí
o
hacia allá,
bajo las enaguas
de mi mesa
y sumido en el recuerdo
de la niñez.

(Barcelona, mucho tiempo ya)

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