Anoche, antes de ir a la cama, te di las buenas noches.
Me imaginé que dormías conmigo.
Se me antojaba, así, el sueño más placentero.
Ahora te doy los buenos días.
Me imagino que te has tomado, en mi cocina,
el café con leche y un dulce antes de marchar.
Llegas a casa y saludas a tus niños.
Te deseo un buen día de trabajo.
Tranquilo y sosegado.
Me gustaría que durante el día te ocupe mi presencia, un poquito.
Me iré a la playa, en un par de horas, con Tatá.
Te llevaré conmigo allá donde me lleven los vientos.
Seleccionaré pedacitos de nuestros encuentros
y los depositaré en la bolsa.
Tengo que acordarme de explicarte esto,
la próxima vez que nos veamos.
Barcelona, 29 de julio de 2010
jueves, 29 de julio de 2010
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