Tienes, de todos, el mejor de los tatuajes.
Homínido!
Peludo isleño de nalgas blancas
y geométricas figuras azules tinta.
Se marean en tus ojos
la cebada y la uva.
Y en tu boca se mece
la sinfonía del veneno
que jalea
boca,
pecho,
vientre,
sexo.
Recorremos, lentos, los mapas.
Con los ojos,
con las manos,
con el cuerpo.
Y descansamos en cada
hueco,
recodo,
volumen,
mancha.
Cabalgamos por los vientres
hasta la ambrosía,
fundidos en los perfumes
del sudor y la saliva.
Y ganamos,
en un último suspiro,
la sublime batalla.
(Barcelona, 22 de agosto de 2008)
viernes, 22 de agosto de 2008
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1 comentario:
Dedicado a un amor nómada, incómodo con la vida e inquieto con su viaje.
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