sábado, 30 de agosto de 2008

CURSO 1993/94

Vosotras,
mis alumnas,
mujeres,
bosque, ahora, acallantado.

Gritos de silencio
en las mañanas.

Dejad que desnude mi tiza
y
cubra
fugaz,
en este acto,
un momento de reflexión.

Yo me asomé a vuestras ventanas
y bebí de algunas inquietudes:
a veces marchito,
a veces crispado,
más veces de luto,
otras enrabiado.

Cada una sois
agua, fuego, aire, tierra.
Olas, brasas, brisas, rocas.

Sólo
una
mujer
-por cada una de vosotras-
embriagada,
sendero errante,
ausente,
ahuyentando
otro
efímero
momento.

En las noches
os espío
-en mis sueños-
enredado en mis
viejas,
arrugadas,
ásperas ropas.

Cubro de solitud
un único momento
para observar sin ser visto,
serpenteando entre
hojas,
bolígrafos,
libros...
y,
descubro
una desnudez
pálida
de regazo
que acuna
todas las almas.

Vosotras, mis alumnas.
Mujeres!
"Mañana" mis recuerdos:
pupitres,
voces.
Alguna palabra
en la boca de otra.
Alguna mirada
en los ojos de otra.
Alguna dejadez
en los brazos de otra.

(Barcelona, curso 1993/94)

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